Paso A Paso A La EternidadReligión y Espiritualidad

Reflexiones Bíblicas para cada día


Paso a Paso a la Eternidad.

CONVERSACIONES EDIFICANTES

Mon, 10 Mar 2025

CONVERSACIONES EDIFICANTES
Generalmente cuando viajamos en un medio de transporte público, específicamente en el metro, en un auto bus; podemos escuchar a las personas conversar de sus vidas o la vida de otras personas que conocen. Cuando la conversación de estas personas parece interesante, comúnmente nos quedamos quietos y en silencio para escuchar con claridad de lo que están hablando. Tal como a nosotros nos llama la atención las conversaciones ajenas, a otras personas que están a nuestro alrededor, también les llama la atención lo mismo, y se detienen a escucharlas. Por eso nuestras conversaciones no deben ser de algún chisme o rumor que hayamos escuchado, en su lugar, nuestras conversaciones deben ser edificantes para nuestras vidas y la vida de nuestros oyentes, tal como nos aconseja el apóstol Pablo en su epístola a los Colosenses: “Que sus conversaciones sean cordiales y agradables, a fin de que ustedes tengan la respuesta adecuada para cada persona.” Colosenses 4:6 NTV.
Mayormente, nuestras conversaciones cuando viajamos en el autobús o en el metro, no saben ser edificantes, ya que, a la mayoría de nosotros, no nos agrada mucho conversar de las Sagradas Escrituras, o de alguna prédica que hayamos escuchado, o de algún libro de crecimiento espiritual que estemos leyendo, en su lugar, nos agrada conversar de lo que nos está pasando, de algún chisme o rumor que hayamos escuchado de alguien más. En algunas ocasiones, no solo que no hablamos de algo edificante, sino que también nuestras conversaciones no saben tener palabras agradables a los oídos de las personas que están cerca de nosotros, en su lugar, saben tener palabras  lisurientas o maldicientes. Al comportarnos de esta manera, damos un mal testimonio como redimidos por la preciosa sangre de Jesucristo.
Como creyentes es importante que presentemos un buen testimonio, no solo en las iglesias donde nos congregamos, sino también fuera de ellas. Debemos tener siempre presente que las personas que nos rodean están  atentas a nuestras conversaciones o a nuestras palabras, por eso, cuando estemos conversando con alguien, nuestras palabras deben ser cordiales y agradables a los oídos de los demás, y mucho más si estamos conversando acerca de las Buenas Noticias de salvación y vida eterna.   Cuando estemos conversando acerca de Cristo, siempre es importante hacerlo con gracia, para llamar la atención de las personas que están a nuestro alrededor y atraerlos, para que se interesen por escuchar más acerca del evangelio de la cruz. Posiblemente ellos solo tengan ese momento para escuchar el mensaje de la cruz, por eso, nuestras palabras deben ser más dulces que la miel y atrayente a sus oídos.


SEAMOS AGRADECIDOS CON DIOS

Wed, 29 Jan 2025

SEAMOS AGRADECIDOS CON DIOS


La ingratitud es uno de los rasgos más desagradables que posee el pecador, ya que un gran número de hombres, no son gratos o agradecidos con las personas que en algún momento de sus vidas les extendieron las manos. Los hombres no solo son ingratos con otros, sino que son más ingratos con el eterno Creador del universo, ya que no están dispuestos a reconocer que todo lo que tienen, o han logrado cosechar en sus vidas, es gracias a su generosidad, amor y bondad. Esta manera del hombre de ser ingrato con Dios, quedó registrada por el doctor Lucas en su evangelio: “Jesús dijo: ¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve?” Lucas 17:17 DHH.


En cierta ocasión, Jesucristo movido por su gran amor y misericordia, sanó a diez leprosos, pero sólo uno de ellos volvió a darle las gracias por haberle sanado de su enfermedad. Los diez hombres de esta narrativa, posiblemente tenían fe en el poder de Jesucristo para ser sanados de su enfermedad, por esa fe, precisamente fueron sanados, pero pese a esa dádiva inmerecida recibida, no todos estaban dispuestos a agradecer al que les sanó. Para muchos de nosotros que hemos aceptado a Jesucristo en nuestro corazón, parecería ilógico la forma de actuar de los nueve hombres que no regresaron a agradecer a Jesucristo, pero si analizamos bien nuestras vidas, nos daríamos cuenta de que en muchas ocasiones, actuamos al igual que estos nueve hombres, ya que frecuentemente somos ingratos con Aquel que entregó su preciosa vida para darnos salvación y vida eterna.


Somos ingratos con Dios, porque no solo no le agradecemos por las bendiciones materiales que recibimos cada día, sino que tampoco reconocemos que el nuevo día de vida que tenemos, es solamente gracias a su amor, bondad y misericordia. Aun lo más grave es que no reconocemos el alto valor que pagó Jesucristo para que nosotros alcanzásemos el perdón de nuestros pecados y la oportunidad de vivir eternamente en el reino de los cielos. Por la ingratitud arraigada en nuestro corazón, no valoramos este maravilloso regalo, y seguimos viviendo como si nunca hubiésemos aceptado a Jesucristo en nuestro corazón. La manera de ser gratos con Dios por las dádivas recibidas, es llevando una vida en conformidad a su voluntad, apartándonos definitivamente del pecado, y obedeciendo a su bendita palabra. Si en realidad amamos a Dios, no seamos como los nueve hombres que no regresaron a agradecer a Jesucristo, sino como el menospreciado samaritano. Cada día de nuestra vida, agradezcamos a Dios por todas las dádivas recibidas, y más aún por habernos liberado de la condenación eterna.


UNA FE INQUEBRANTABLE

Mon, 13 Jan 2025

UNA FE INQUEBRANTABLE


Ante nuestros hermanos de la fe, con frecuencia declaramos a viva voz que tenemos una fe inquebrantable en nuestro Señor y Salvador. Muchas veces demostramos esta fe al participar activamente en las diferentes actividades de nuestras congregaciones, así como en los ministerios. También manifestamos nuestra fe en Cristo, llevando una vida espiritual apartados de todos los placeres de este mundo, y caminando en completa santidad como le agrada a Dios. Pero pese a todo esto que podamos manifestar en nuestra vida cristiana, no es garantía de que nuestra fe en Cristo sea inquebrantable, ya que la verdadera prueba de nuestra fe en nuestro amado Redentor, la demostramos cuando las pruebas y aflicciones, invaden nuestras vidas.


Llevar una vida de comunión con Dios mediante la oración, el estudio de su Palabra y el servicio, así como la obediencia y llevar una vida cristiana irreprensible, son maneras de demostrar nuestra fe inquebrantable en el Señor, pero no está completa, pues la fe en Cristo va más allá, y se la demuestra en el momento más obscuro de la vida del creyente. La fe inquebrantable se demuestra cuando parece que no hay escapatoria posible a los problemas, así como a las enfermedades o adversidades. En estas situaciones para nada favorables, es cuando el creyente debe permanecer con su confianza total en Jesucristo.


Los creyentes que tienen una fe incondicional en la Palabra de Dios, disfrutan de un completo reposo aun cuando las situaciones no son para nada alentadoras. Pues tienen la completa certeza de que Dios obrará de una manera milagrosa, y pronto cambiará la situación difícil que están atravesando. La fe inquebrantable en el Hijo de Dios, no se desvanece en los momentos de adversidad, más bien se fortalece, pues mueve al creyente a acercarse más y más a su Señor y Salvador, le mueve a buscar Su santo rostro, esperando su pronto socorro.


Que nuestra fe inquebrantable que declaramos tener en el Señor, no solo sean palabras, sino hechos verdaderos y concretos, que reflejen esa fe en los momentos más obscuros de nuestra vida, teniendo la certeza que, en esos momentos de tinieblas, Dios va delante de nosotros, cambiando las tinieblas por un sol resplandeciente. Tengamos presente que hasta el día de hoy, Dios no nos ha abandonado, y nunca lo hará, Él estará por nosotros, siempre dispuesto para ayudarnos oportunamente cuando más lo necesitemos. Con esta seguridad de la ayuda divina, mantengamos nuestra fe inquebrantable en el Señor, atendiendo al consejo que nos da Moisés, el siervo de Dios: “El Señor su Dios va delante de ustedes. Él peleará por ustedes tal como vieron que hizo en Egipto.” Deuteronomio 1:30 MTV.


LEALTAD A DIOS

Tue, 07 Jan 2025

LEALTAD A DIOS




Hay ocasiones cuando una persona es entrevistada para ocupar un puesto de trabajo, por ejemplo, se le pide que acepte condiciones que son claramente contrarias a los mandatos de Dios. Si son contadores, se les pide que maquillen los números de los libros contables para que la empresa pague lo menos posible al estado. Si son arquitectos, se les pide que den informes de los lugares de construcción positivos para tener los permisos pertinentes, pese a que dichos lugares puedan tener fallas geológicas o topográficas. Si son ingenieros, se les piden que utilicen los materiales más económicos en las construcciones. Si son operarios, se les pide que firmen contratos de adquisición de materiales con sobre precios, etc. Ante estas demandas, y similares, algunas personas terminan cediendo, justificándose que si no trabajan, no tendrán ingresos económicos para solventar sus gastos y los gastos de su familia.




Todo lo que amenaza las provisiones de alimento, abrigo, salud, techo o la continuación de la existencia en este mundo, llena de pánico a las personas y son tentados a sacrificar casi cualquier cosa para alejar esas amenazas. Lo más común que sacrifican las personas son la integridad, la ética, la moralidad y algunos llegan a sacrificar su creencia religiosa. Si actualmente las personas están dispuestas a aceptar condiciones que están contrarias a los mandatos Divinos con tal de acceder a un puesto de trabajo, como será cuando no puedan comprar o vender cosas, si no han renunciado los mandatos Divinos y han aceptado la marca de la bestia. Más que seguro, la mayoría de personas abandonarán a Dios con tal de resguardar su existencia en este mundo.




Es cierto que en los últimos años, ha aumentado la demanda de empleo en la mayoría de países del mundo, pero esto no es nada en comparación a lo que se vendrá en un futuro no tan lejano, pues en ese tiempo, todo estará restringido, nadie podrá acceder a un puesto de trabajo, comprar o vender cosas si no tienen la marca de la bestia. Esto nos da a conocer el apóstol Juan. Además, exigió que a todos pequeños y grandes; ricos y pobres; libres y esclavos se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente. Y nadie podía comprar ni vender nada sin tener esa marca, que era el nombre de la bestia o bien el número que representa su nombre. Apocalipsis 13:16-17 NTV.




Los que hemos aceptado a Cristo, no tendremos parte en esta profecía del apóstol Juan, pues antes de que suceda todo esto, seremos arrebatados y llevados al cielo, ya sea que estemos vivos o muertos. Sin embargo, hay un sentido en el que la marca de la bestia está ahora con nosotros. Hay veces en la vida en las que somos forzados a escoger entre la lealtad a Dios o inclinarnos a un sistema que se opone a Dios. Cuando esto suceda, no cedamos, mantengámonos firmes en nuestra lealtad a nuestro amado Señor.


JESÚS ESTÁ A LA PUERTA

Tue, 31 Dec 2024

JESÚS ESTÁ A LA PUERTA
Ante la negativa de aceptar una invitación, ya sea para salir a pasear, viajar o comer, las personas generalmente se rinden ante la segunda o la tercera negativa, pero esto no sucede con Jesucristo, Él no se rinde fácilmente ante la negativa de los hombres a aceptarlo como su Señor y Salvador. Esta persistencia de Jesucristo para entrar en el corazón de las personas, salvarlas y rescatarlas de la condenación eterna, lo podemos comprobar al leer el último libro de la Biblia, el cual fue escrito por el apóstol Juan. Jesucristo dijo: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.”  Apocalipsis 3:20 NTV.
Es sorprendente que muchas personas alrededor del mundo no respondan de inmediato al llamado que les hace Jesucristo, y muchos mueren sin haberle abierto la puerta de sus corazones para encontrar el precioso regalo de la salvación y vida eterna. Pero si el que llamara a la puerta fuese alguno de sus familiares, amigos o vecinos, de seguro que la abrirían de inmediato. Posiblemente también le abrirían la puerta si se tratara de un vendedor para decirle cortésmente que no desean comprar nada de lo que está ofreciendo. Y si fuera el caso de quien está a su puerta, es el rey, el presidente, el alcalde o alguna persona famosa de la farándula o el deporte, más que seguro, los que están dentro de la casa, lucharían entre sí por el privilegio de abrir la puerta y darle la bienvenida.
Es extraño, entonces, que cuando el Creador, Sustentador y Redentor está en la puerta, se le trate fría y silenciosamente. Pese a ese rechazo irracional de los hombres pecadores, Jesucristo no se rinde fácilmente, Él persiste en su llamado a los hombres para liberarlos de la condenación y darles una vida eterna en su reino. Esta persistencia de Jesucristo para salvar al hombre de su condenación no será eterna, ya que terminará una vez que el hombre deje su existencia en este mundo. En aquel día, el hombre pecador habrá perdido toda oportunidad de alcanzar la salvación y la vida eterna, ya que tras la muerte física, ya no hay manera de que el hombre pueda hallar la salvación.
En la actualidad, Jesucristo sigue llamando a la puerta del corazón de los hombres, todos los que le abran, permitirán que Jesucristo entre en su corazón, y lo más maravilloso del mundo es que alcanzarán el perdón a todos sus pecados, tendrán el precioso regalo de la salvación, y un día, tendrán el privilegio de estar junto a Jesucristo en su mesa disfrutando de un delicioso banquete. No desaproveche más el llamado que le está haciendo Jesucristo.


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